Pasen y Vean

escupidas del alma pretende ser un medio para expresar ideas, pensamientos, estados de animo, emociones del autor.







viernes, 28 de enero de 2011

pensando...

Pensaba que podía cambiar algo simplemente siendo yo
pensaba que podía...
pensaba, y al mismo tiempo comprendía que no.
Vinimos a este juego como cachorros ciegos en la madrugada, solo a salvo
por el amor maternal.
Podemos pasar sin pena ni gloria, lo que dure nuestra existencia
conformándonos con lo que nos dejan.
Y mientras tanto aquí estoy en mi pequeño círculo simplemente pensando...

lunes, 24 de enero de 2011

"Argentina hay una sola" (escrita en invierno del 2001)


Bajo un cielo albiceleste, bajo el manto de María, las estrellas fueron guias, de tantos Hombres exponentes
Que su recuerdo esta latente, en la memoria mía.
Hombres que la acaudillaron, con su poncho a nuestra tierra, y fuera de toda miseria, fueron hombres que pelearon, San Martín, Guemes, Belgrano, son ejemplos de esta entrega.
Tanta sangre derramada, pa´ que vinieran los de afuera, sin permiso ni siquiera, estos piratas modernos, se llevaron el caudal, la robaron y era nuestra, la Gloriosa Perla Austral, hoy reclama nueva gesta.
Aun la llama esta encendida en este canto juvenil, que hoy pretende redimir, con este humilde homenaje, a tan hermoso paisaje de este suelo de marfil. Suelo que hoy es lastimado, por potencias extranjeras
que doblegan nuestro emblema para imponer sus ideales, no se olviden imperiales que en la Patria hay centinelas.

domingo, 2 de enero de 2011

El Árbol y el Leñador (escrita allá por el 2000)



Y la noche se fue y la luna escapo con ella, solo quedo una estrella y sola se entristeció.

—La soledad no es siempre buena — decía el viejo leñador.

—Qué me hablas de soledad, que mejor compañía que la del que nos creó.

El leñador siguió su trabajo y el árbol murmuro por lo bajo una triste canción

—¿Por que estás triste?

—Es que solo estoy —, el árbol contestó—siento que me muero, ya no soy el de antes, mis raíces, mis semblantes, mi triste corazón. De joven yo era idealista, hoy solo un pesimista que solo se quedó.

—¿No me dijiste que la soledad no era mala? — preguntó el leñador.

—Intenté justificarme, eso pensaba antes, hoy solo estoy. Solo y cansado, mis brazos son pesados y me quema el sol. Me quema y me muero, madera seré de un triste fogón.

—¿Pero y tus ideales y las cosas que amabas?

—Se cayeron con mis hojas, se pudrieron con mis ramas, se quemaron con el sol. Además ya es suficiente se quebrantan mis cimientes sólo siento que me voy.

El leñador muy triste estaba, a este árbol él lo amaba, a este árbol lo cuidó. Y allí comprendió lo que al árbol lo mataba, envejecieron sus ramas y su fe se marchitó.